Calle Calabria 268 - Localización al final de la entrada.
Hay obras que de tanto que se eternizan, parece que han formado parte del paisaje desde siempre. Esto ocurre con el solar en construcción de las calles Calabria, París y Viladomat que ha traído de cabeza a los vecinos de la zona a causa de los innumerables incidentes derivados de la misma. Si uno pasea alrededor del solar podrá ver como delante de los nuevos edificios en construcción sobresale una vieja fachada en la que puede leerse "Bayer", letrero de la antigua fabrica de aspirinas de esta conocida empresa alemana.
A principios de los años 40, la España de Franco vivía un peligroso romance con la Alemania nazi. Mas allá de las similitudes ideológicas de ambos regímenes, había clara admiración hacia el modo de vida alemán que representaba un lujo y un confort antagónicos de la austeridad y dureza de la posguerra española.
En aquel momento la todopoderosa maquinaria de guerra alemana avanzaba por este y oeste de Europa practicamente sin oposición, y eran muchos los que imaginaban un papel importante español en el nuevo orden mundial planeado por el III reich de Hitler.
El final de la historia es conocido por todos, Franco mantuvo su ambigüedad hasta el final, lo que le permitio jugar a dos bandas y el imperio soñado por Hitler se quedo en nada, hasta el punto de que la propia Alemania fue partida en dos.
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Fue en aquel escenario de la España germanofila de los 40, cuando la empresa farmaceutica Bayer se instalo en una fabrica de la Calle Calabria. Bayer en aquellos momentos formaba parte del grupo IG Farben, un conglomerado de empresas químicas, que desapareció al final de la segunda guerra mundial por orden de las fuerzas aliadas que acusaban a IG de practicas esclavistas y de haber participado en la fabricación del gas Zyklon B usado en los campos de concentración.
Pero aquellos funestos años pasaron, y Bayer ya constituida como empresa independiente se sirvió de la fabrica de la calle Calabria para fabricar durante décadas las famosas y socorridas Aspirinas.
En el 2003 Bayer decidió poner punto y final a la vida de la instalación, argumentando que tener la fabrica en medio de la ciudad de Barcelona no les resultaba rentable ni practico.
El edificio diseñado por Miquel Madorell en 1916, es de estilo Sezession, un movimiento artístico puntero en Austria que equivaldria al modernismo catalán. Bayer seguirá presente en la ciudad, pues tanto la fachada como la chimenea figuran en el catalogo del patrimonio arquitectónico de la ciudad.
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